Marte tambièn lo padece
Al final van a importar muy poco los cataclismos que acompañen al cambio climático (por cierto, estado febril que no afecta sólo a la Tierra: Marte también lo padece, a ver si al final será cierto que la actividad solar tiene algo que ver en esto) y que el mundo huela cada vez más a chamusquina si lo políticamente correcto en su alianza con las feministas siguen insistiendo en sepultar el sentido del humor, que no sé si será el sentido de la vida, pero es lo que más se le acerca. Y sin él ya puede reventar todo, que para lo que sirve una vida sin humor...
La BBC acaba de retirar de su programación estadounidense la reposición de la serie "Benny Hill" por sexista, machista y retrógada. Digo yo que a una serie tan antigua le vendrá esto de antiguo. Machista y retrógada ya lo era antes, lo que ha cambiado es que ahora se la elimina de la programación por ser lo que es. Insisto en que lo que me parece destacable es el peso que ha adquirido la corrección política en la balanza de las decisiones, un peso decididamente antidemocrático. Siempre hay gente que protesta por cualquier cosa. Pero también hay gustos para todo. ¿Qué peso tienen las risas de aquellos a los que "Benny Hill" les sigue pareciendo divertida al lado de las muecas de desaprobación de quienes sólo ven en ella machismo retrógrado? Todo indica que ninguno. Sólo se atiende a las peticiones de los del "no, quiten eso". Y bien consecuentes son, dado que la risa es el principal enemigo de la impostura (¿recuerdan "El Nombre de la Rosa"?). El peligro más letal al que se enfrenta el féminofanatismo es el ridículo. Si se acallan las risas, el resto de críticas son fáciles de aplastar bajo las ruedas de molino de su Cruzada por el Bien. Ese tipo de Bien que, de pequeño, me inspiraba esta pregunta: ¿se reirá Dios de algo?... Me lo preguntaba porque en general nos reímos del mal, ajeno o propio, si es que no siempre. Un pastelazo en la cara, un tropezón, un malentendido, una metedura de pata. El Bien da muy poca risa. Lo que hace divertido a Benny Hill es, precisamente, su machismo trasnochado. Y el propósito de censurarlo es una prueba más de la estrechez de miras de quienes lo llevan a término. Será que sienten pánico de su propio inconsciente, como aquellos que sólo ven vicio y degradación en la mano de un adulto que acaricia la cabeza de una niña.
(por: Carlos Atanes)
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