narrador. es
Ahora me ha dado por pensar en el hombre del saco.
Estoy absorta mirando a las hormigas, las veo ir de acá para allá, con cáscaras de pipas tres veces más grandes que ellas sobre sus espaldas y, ahí están, a lo suyo, acarreando comida, cuidando del hormiguero y de la reina, sin plantearse nada.
¿Pero qué coño se van a plantear?, son hormigas y por tanto tienen cerebro de hormiga, pero me absorben, me hipnotizan y mi mente trabaja a marchas forzadas.
Cuando una observa las hormigas no le queda otro remedio que filosofar. Hay una pequeña diferencia en la reacción de los demás. No es lo mismo contestar, “estoy aquí filosofando” que decir; “estoy aquí, viendo las hormigas”. sigue leyendo
Estoy absorta mirando a las hormigas, las veo ir de acá para allá, con cáscaras de pipas tres veces más grandes que ellas sobre sus espaldas y, ahí están, a lo suyo, acarreando comida, cuidando del hormiguero y de la reina, sin plantearse nada.
¿Pero qué coño se van a plantear?, son hormigas y por tanto tienen cerebro de hormiga, pero me absorben, me hipnotizan y mi mente trabaja a marchas forzadas.
Cuando una observa las hormigas no le queda otro remedio que filosofar. Hay una pequeña diferencia en la reacción de los demás. No es lo mismo contestar, “estoy aquí filosofando” que decir; “estoy aquí, viendo las hormigas”. sigue leyendo
1 comentario:
Buen texto, Custardoy. ;)
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